martes, 29 de octubre de 2019

TEMA 4: EL JUEGO COMO HERRAMIENTA EDUCATIVA

OBJETIVOS ESPECÍFICOS DEL TEMA



- Analizar as funcións do persoal animador nas sesións e nos eventos de 

  xogos e actividades físicas, deportivas e recreativas
- Valorar o aspecto creativo
-  Adaptar o xogo as diferentes partes da sesión
- Aplicar a metodoloxía propia da animación físico-deportiva e recreativa
- Analizar os criterios para a observación e rexistro de xogos
-  Presentar a información básica para a participación en eventos físicodeportivos
   e recreativos
-  Valorar as funcións do/da animador/a de actividades



1. REQUISITOS PARA LA UTILIZACIÓN DEL JUEGO EDUCATIVO.

Como requisito de carácter general podemos afirmar que el juego debe responder a la realidad, es decir, a las características, necesidades e intereses de los alumnos, al contexto sociocultural, a los objetivos establecidos en el currículo... para que pueda formar parte de los contenidos y actividades curriculares.

A la hora de plantear una serie de requisitos más concretos, podemos señalar que para que los juegos realmente sean educativos hay que:

  • Evitar marginaciones de cualquier índole (sexo, buenos/malos, etc.).
  • Propiciar la participación e involucración máxima de todos los participantes. Evitar los jugadores espectadores.
  • Constituir una vía de aprendizaje cooperativo.
  • Hacer un uso moderado y adecuado del elemento competitivo.
  • Buscar un buen equilibrio entre la actividad y el descanso.
  • Plantear retos alcanzables, que todos los alumnos tengan posibilidad de éxito. Controlar que en los juegos siempre destaquen los mismos.
  • Utilizar variedad de juegos.
  • Conseguir que siempre se practiquen los juegos con un interés elevado.


2. ESTRATEGIAS EN LA UTILIZACIÓN DEL JUEGO



3.1. Estrategias de cooperación.

El valor del juego como estrategia de cooperación reside en su utilidad para unir y cohesionar al grupo. Se prima el contacto social, la cooperación y la creatividad, por encima de la competición y el resultado.

En los juegos así usados importa más el proceso (todo lo que siente, experimenta y aprende el niño que juega) que el resultado.

Estos juegos se basan en las siguientes premisas:
  • Libertad para crear/competir/elegir
  • Ausencia de violencia y/o agresión
  • Participación absoluta, ausencia de eliminación
  • Colaboración de todos para la consecución de un objetivo

3.2. Estrategias de oposición.

El valor de esta estrategia de oposición está en el desarrollo de la concentración, en la adquisición de una nueva imagen ajustada de sí mismo y en favorecer la autoestima.
La competición, no consiste en ganar de cualquier manera, ya que no es un fin en sí misma, la competición es un elemento educativo más. Para que ésta sea educativa, debe permitir a todos los alumnos conseguir éxito, aprendiendo a ganar y a perder, pues ambos forman parte de la competición; hay que aceptar las limitaciones propias y ajenas.

3.3. Estrategias de resolución.

El juego como estrategia de resolución permite fomentar actitudes y habilidades en la resolución de problemas, en la toma de decisiones propias, en la autoafirmación, creatividad y pensamiento divergente.

Priman el aspecto decisional o procesual del alumnado. Estos van a ser los juegos más didácticos.
Basándonos en la naturaleza de las tareas, podríamos prever una progresiva forma de presentar dicha resolución de problemas:

  • Juegos definidos: de dificultad predominantemente ejecutiva. Todos
los elementos (material, objetivo, reglas…) están determinados. Sería el nivel más fácil de resolver.
  • Juegos semidefinidos: Tan sólo se presenta el objetivo del juego, los
alumnos, con el material que se les da, tendrán que idear sus actuaciones y buscar soluciones para cada objetivo propuesto.
  • Juegos no definidos: de dificultad predominantemente decisional.
Supondrían el nivel de mayor complejidad, ya que se les ofrece a los alumnos diversos materiales con los que tendrán que idear diferentes propuestas lúdicas.



Estas tres estrategias de utilización no son incompatibles. Esto significa que puede haber juegos con sólo una, dos o las tres estrategias.



3. EL JUEGO COMO DESARROLLO INTEGRAL DEL NIÑO

El juego es un instrumento para favorecer la madurez física, psíquica y un elemento clave en el desarrollo de la vida social.


  1. Desarrollo físico
Va estrechamente ligado al juego. Las necesidades motoras son satisfechas mediante la actividad lúdica.
El movimiento favorece el conocimiento del esquema corporal, el desarrollo muscular, la coordinación y el equilibrio, las capacidades sensoriales, las destrezas manuales y la agilidad corporal.


  1. Desarrollo mental
La actividad mental en el juego es constante. El juego implica imaginación y fantasía, creación y exploración. El juego favorece el desarrollo intelectual. El niño aprende a prestar atención y a concentrarse en lo que está haciendo, a recordar y memorizar.


  1. Desarrollo afectivo y emocional.
El juego está cargado constantemente de afectividad y situaciones emocionales implícitas en esta actividad. Sirve para canalizar las pulsiones agresivas y para exteriorizar deseos.


  1. Desarrollo social

El juego estimula la incorporación al grupo, la relación y la cooperación con los demás y el mutuo respeto. Influye en el aprendizaje de hábitos, comportamientos y actitudes sociales.


4. PLANTEAMIENTO DEL JUEGO

El juego presenta multitud de posibilidades educativas, pero no conviene olvidar que éstas se pueden ver acrecentadas si se planifica adecuadamente. En un gran número de ocasiones, el éxito de la actividad, depende de la actuación del profesor sobre la adecuación de los distintos elementos que constituyen la práctica lúdica.


Para ello conviene tener en cuenta los siguientes aspectos, para hacer una selección de los juegos más adecuados en función de:

- El/los objetivo perseguidos.
- Los medios de que se disponen: materiales, espacios…
- Las características de los niños: edad, intereses y preferencias, nivel inicial.
- La aplicación de mecanismos de control y feedback para la valoración y síntesis del proceso (evaluación).



5. MODIFICACIONES EN LA ESTRUCTURA INTERNA DEL JUEGO.

La estructura interna de toda praxis lúdica (juego) se configura a partir de unos
elementos constitutivos, permanentes. Estos elementos, al presentarse como constantes de cualquier actividad lúdica, posibilitan las modificaciones que la actuación didáctica requiera, refiriéndonos así al juego adaptado. La modificación/ adaptación/ variación/ eliminación/ innovación de cualquiera de estos elementos de un juego permite poder adecuarse a las distintas situaciones e individuos y así atender a la diversidad.

Los elementos pertinentes, pilares del funcionamiento de todo juego, se pueden concretar en seis, los denominados elementos estructurales del juego:


  • El ESPACIO de juego
  • Las REGLAS
  • Los JUGADORES
  • El MATERIAL o materiales
  • El OBJETIVO o META
  • La TEMPORALIZACIÓN (duración)
6. EL PAPEL ANIMADOR DEL EDUCADOR

El educador ha de ser un animador o un jugador más. Si se quiere convertir exclusivamente en “director” del juego, en persona “adulta y seria”, que manda, organiza y dispone, jamás logrará un clima adecuado, donde el niño se exprese autónoma y libremente a través del juego.

Entre las pautas o funciones que el maestro debe tener en cuenta para desempeñar este papel de animador-estimulador del desarrollo lúdico destacamos:


1.- Diseño de espacios de juego

El maestro deberá proporcionar al niño las mejores condiciones para su juego, organizando el ambiente del mismo. El espacio ambiental del aula debe ser tranquilo, estable y seguro, que posibilite el juego espontáneo y libre, el juego en pequeños grupos y el juego entre todos, en tiempos alternos.

Pero el niño también necesita jugar al aire libre, por lo que tendremos en cuenta las condiciones del patio escolar, los parques cercanos, etc.


2.- Organización y estudio del material

Los materiales lúdicos que vamos a ofrecer a los niños deben ser estudiados y seleccionados cuidadosamente. El juguete es un “soporte o pretexto” importante que hay que tener en cuenta, pero sabiendo que es sólo un auxiliar del juego. El juguete no debe organizar el juego; el juego siempre debe prevalecer sobre el juguete.
Los juguetes deben ser variados. Seleccionaremos materiales lúdicos que favorezcan el pensamiento divergente y la creatividad infantil; para ello, contaremos con materiales poco estructurados o abiertos, como maderas, telas palos, cajas, etc. Pero también debemos elegir otros más estructurados, como los juguetes que representan la realidad o los juegos didácticos: coches, muñecas, pesas, puzles, etc.


3.- Estructuración de los tiempos de juego

Todo niño debe desarrollar tanto el juego libre como el juego organizado, debe jugar individualmente y en grupo. Por lo tanto, el maestro se preocupará de estructurar y organizar el tiempo para cada tipo de juego.


4.- Actitudes básicas del maestro

El maestro debe desarrollar una serie de actitudes. Su posición deberá ser de un discreto y hábil observador y “conductor”, que descubre en los alumnos las actitudes y capacidades idóneas. Esta actitud educativa implica por parte del maestro:

  • El reconocimiento y el fomento de la libre expresión de los sentimientos infantiles.
  • No acelerar el desarrollo del juego: se trata de respetar la secuencia del juego.
  • Una aceptación incondicional del niño: acoger y valorar al niño tal como es, manteniendo una actitud positiva incondicional de encuentro.
  • Además debe ser motivador y transmitir ganas de jugar, tanto con su lenguaje verbal como con el no verbal.




7. ACTUACIÓN DEL PROFESOR/A DURANTE LA SESIÓN

LA  PRESENTACIÓN DEL JUEGO

Entre las principales recomendaciones destacamos las siguientes:

  • Lograr un clima de atención. Situarse en una posición claramente visible en relación al grupo.
  • Explicar con claridad y brevedad lo que se va a realizar. Puede ser aconsejable utilizar gráficos, etc.
  • No llevar a cabo el juego si antes no se ha entendido su funcionamiento. Merece la pena “perder tiempo” en las explicaciones hasta que quede claro, antes que explicarlo rápidamente y tener que interrumpirlo constantemente para hacer aclaraciones. Es decir, asegurarnos de que el desarrollo del juego se ha entendido por todos los alumnos.
  • Es aconsejable hacer demostraciones.
  • Buscar el alcanzar un nivel sonoro adecuado durante las explicaciones. El/la profesor/a no debe intentar elevar la voz por encima del ruido provocado por el grupo. Es preferible perder tiempo al inicio, no  explicando las tareas hasta que no haya silencio, a estar continuamente incrementando el volumen de la voz propia para conseguir ser escuchado.
  • Utilizar estrategias organizativas, de forma que resulte más cómodo atender y guardar silencio que estar provocando ruido interfiriendo de forma negativa en  las explicaciones: que deban desplazarse a donde esté el profesor o permanecer en el mismo sitio en silencio, disminuir el número de materiales, modificar grupos.... El objetivo final es que los/as alumnos/as sean conscientes de que una actitud respetuosa y colaborativa repercute en el grupo de forma general y que el profesor puede modificar la forma de impartir la clase en función de su madurez y responsabilidad.


DURANTE EL DESARROLLO DE LA SESIÓN 

Ya durante la ejecución, y también dependiendo del tipo de juego, conviene tener en cuenta lo siguiente:

  • Motivación y buena actitud de los jugadores.
  • Motivación y buena actitud del profesor.
  • Criterios en la formación de equipos: equilibrados en cuanto a niveles y preferiblemente mixtos.
  • Distribución de roles.
  • Distribución y utilización del material.
  • Distribución y utilización del espacio.
  • Distribución del tiempo.
AL FINALIZAR LA SESIÓN

    Analizar os resultados da sesión, informar e despedir







Criterios de avaliación


. Seleccionáronse estratexias para favorecer a integración de todas as persoas
participantes da actividade, especialmente das que presentan limitacións no ámbito da súa autonomía persoal
. Seguíronse criterios fisiolóxicos e de motivación na secuenciación das actividades,
respectando a estrutura tipo habitual das sesións cunha duración, unha dificultade e unha curva de intensidade adaptadas aos obxectivos formulados
. Utilizáronse técnicas, recursos e habilidades de comunicación eficaces e
motivadores, ao inicio, durante o desenvolvemento e ao final da actividade, orientados á implicación, á participación e á permanencia, así como estratexias para manter o interese pola actividade
. Transmitiuse a información pertinente sobre as características do medio, as
instalacións e o material que hai que utilizar no transcurso da actividade, para garantir a súa seguridade e o seu uso satisfactorio, propiciando a confianza das persoas participantes desde o primeiro momento
. Transmitiuse información completa, clara, precisa e adaptada ás características das
persoas participantes, sobre o uso e a conservación da instalación, o espazo, os recursos materiais e a indumentaria, para garantir a seguridade e a satisfacción cos xogos, os eventos e as actividades físico-deportivas e recreativas, e para propiciar a confianza das persoas participantes desde o primeiro momento
. Demostrouse a realización das tarefas motrices, resaltando os seus aspectos
salientables, anticipando posibles erros de execución e utilizando diferentes canles de
información para asegurar a comprensión das indicacións
. Interpretouse e expresouse verbalmente e corporalmente de xeito desinhibido na
realización das tarefas motrices para estimular a máxima comprensión e participación
. Utilizouse unha metodoloxía que favoreza a desinhibición e a integración das persoas participantes, promovendo as relacións interpersoais e a máxima implicación destas persoas, especialmente das que presentan limitacións no ámbito da súa autonomía, detectáronse posibles incidencias e propuxéronse solucións
. Adaptouse o nivel de intensidade e de dificultade ás características das persoas
participantes
. Corrixíronse in situ e de xeito adecuado os erros de execución detectados,
intervindo sobre as súas posibles causas
. Empregáronse estratexias asertivas de control e recondución das condutas que
perturban o desenvolvemento da actividade e o clima relacional, en función da súa
gravidade ou a súa perigosidade
. Ocupouse o lugar apropiado para manter unha comunicación eficaz e o control das
persoas participantes, e para se anticipar ás continxencias
.  Informouse ás persoas participantes sobre os obxectivos, os contidos e os
procedementos da actividade
. Demostrouse a forma de realizar as actividades que requiren a execución práctica
dalgún tipo de habilidade e o manexo dalgún tipo de material ou utensilio específico
. Utilizáronse técnicas de organización de actividades e distribución de grupos acordes cos principios da animación e a dinamización de grupos
.  Seleccionáronse estratexias metodolóxicas que aseguran a máxima participación, a
satisfacción e a implicación das persoas participantes
.  Utilizáronse os equipamentos e os materiais necesarios seguindo criterios de máxima rendibilidade e durabilidade
. Solucionáronse de xeito construtivo as continxencias que se presentaron no
desenvolvemento da actividade
. Identificáronse as dificultades, os posibles perigos e as barreiras que poidan
obstaculizar o desenvolvemento das actividades, leváronse a cabo medidas de prevención e propuxéronse as adaptacións necesarias que garantan a integridade e a seguridade das persoas participantes




8. VALORACIÓN DEL JUEGO

Como en todo planteamiento didáctico no se puede olvidar la necesidad de reflexionar, para que la acción educativa sea válida, sobre aspectos tan importantes como:

  • El desarrollo de los objetivos que se planteaban con el juego.
  • Las diferentes posibilidades de actuación que se han producido.
  • Las intervenciones de los alumnos
  • La propuesta de variantes y otras formas de juego.
  • La intervención del profesor.


VÍDEO: "Los secretos del lenguaje corporal"

viernes, 11 de octubre de 2019

TEMA 2: ETAPAS EVOLUTIVAS



1. PRINCIPALES ETAPAS DE FORMACIÓN EN LOS NIÑOS
El educador debe ser capaz de saber presentar los juegos más atractivos y enriquecedores para las características y necesidades de sus alumnos. Ello no significa que tenga que tener memorizados muchos juegos, sino que debe de conocer perfectamente a sus alumnos, determinar el nivel ludomotriz de los mismos y escoger los juegos que más se acomoden a su contexto educativo. Basándonos en Piaget, podemos diferenciar varias etapas y juegos característicos de ellas:





1.1 En los primeros meses de vida: juego sensoriomotriz o funcional

  • En esta etapa se produce el juego sensoriomotriz o funcional, que es el primero que se presenta y se extiende hasta el segundo año de vida. En los primeros meses, los movimientos espontáneos del niño adquieren un carácter lúdico. Es un juego de simple ejercicio, centrado en sí mismo. Repite los movimientos una y otra vez intencionadamente.
  • A partir del 4º mes descubre el mundo fascinante de los objetos y comienzan los juegos simples con adultos cercanos (cu-cú, contacto, vértigo, exploración). Cualquier tipo de sonido o de movimiento le llama la atención.
  • A partir del año, el dominio motor permite al niño ampliar su radio de acción y manipulación. El juego se convierte en una actividad de investigación, construcción y destrucción.


1.2 Entre los 2 y los 6 años, período de ludoegocentrismo: juego simbólico o representativo



  • Aparece el juego simbólico o representativo. que supone una forma de representación. Este tipo de juego ya no sólo no va a desaparecer, sino que está destinado a crecer y evolucionar de forma permanente. Por medio del símbolo el niño puede interiorizar el mundo real y exterior.
  • En los primeros años, éste es una estructura elemental centrada en acciones o representaciones muy simples: el niño coge el teléfono y hace como que habla con alguien, toma la cuchara y le da de comer a la muñeca, etc.
  • En estos juegos los niños escenifican espontáneamente unos personajes que realizan su papel y desde este papel interactúan con los otros niños que juegan sus papeles complementarios: médicos/ pacientes, comprador/ vendedor, mamá o papá/ hijo-a… Este juego fomenta la imitación. La ficción y la observación se alternan.
  • Mediante la representación simbólica, el niño exterioriza sus ansiedades o temores, se expresan las relaciones afectivas-emocionales y se van interiorizando los valores sociales.
  • Suelen presentarse juegos sencillos, individuales, totalmente egocéntricos, en los que el niño rechaza las reglas entendidas como una participación conjunta. En estos juegos prima la consecución de objetivos individuales, las reglas son muy simples, y las acciones pueden ser ficticias (juego simbólico) o en caso de participar en juegos más activos consisten en correr, escapar, anticiparse a una zona determinada, etc.
  • De los 3 a los 4 años, con los diversos juegos motores que observamos en los niños, se logra un mayor dominio en la coordinación visomotora y en el equilibrio.
  • A partir de los 4 años juega con el lenguaje y el dominio motor; es la “edad de la gracia”, de hacer reír, de impresionar a los demás.
De los 5 a los 6 años desarrolla la coordinación dinámica global y la coordinación óculo-manual.
  • Hasta ahora los compañeros son como juguetes y si no los hay pueden ser inventados; casi no existe el juego colectivo. Si observamos niños de estas edades jugando en un parque, veremos que generalmente juegan solos o que si están en grupo el juego es la suma de individualidades independientes.

  • Papel del Profesor: Observador, tratando de conocer al máximo el comportamiento de cada niño, y una incesante fuente de estímulos, para mejorar el vocabulario motor del niño.

1.3 Entre los 6 y los 10 años, período de coordinación y cooperación ludomotriz: juego reglado

  • Cada vez cobran mayor interés las reglas; aparece la noción de competición y comunicación motriz, el niño empieza a disfrutar jugando en compañía de los demás, se interesa por las relaciones interpersonales. Los juegos en este nivel son de organización media, hay ya asignación y diferenciación de papeles y unas normas y reglas que hay que acatar.
  • A partir de este tipo de juego nace y se desarrolla la autodeterminación y la comunicación social, renunciando, en muchas ocasiones, a sus propios intereses y sometiéndose a los deseos de los otros.
  • Quienes juegan cooperan entre sí para realizar el juego, pero también compiten para el logro de los mejores resultados.
  • Sin embargo las acciones colectivas deben de entenderse prácticamente como la suma de diversas acciones individuales.

  • Papel del Profesor: continúa siendo un gran observador, pero también un líder para asegurarse una predisposición de los alumnos hacia las tareas planteadas (relacionado con la actitud del profesor). Además debe fomentar el espíritu colectivo, sensibilizando a los alumnos de la importancia de supeditar el interés personal al bien del equipo.

1.4 A partir de los 11-12 años, período de desarrollo ludomotor:

El final de la niñez: 11-12 años

  • Los jóvenes empiezan a aceptar el pacto grupal con todas sus consecuencias; aparece la “pandilla”. Se introducen en actividades lúdicas más regladas, aceptando de muy buen grado los deportes y juegos muy reglamentados. En este período, los grupos que muestren un especial interés por los deportes, también aceptarán muy positivamente los juegos que se asemejen a estas prácticas (juegos con balón, con objetivos físicos -porterías, zonas de marca a alcanzar, competiciones de equipos...).

  • Papel del Profesor: debe seguir siendo un líder, pero también asumir el rol de regulador para ir encaminando a los niños hacia los juegos más complejos y reglamentados, que normalmente precisan de un controlador y dinamizador de posibles discusiones o dudas que pueden aparecer.

Adolescencia

Entre los 12 y los 18 años.
Se acentúa el interés por los deportes, por las actividades fuera del entorno habitual (aire libre, viajes…) y por el grupo de amigos (la pandilla).

Etapa de juventud

Interés por juegos y deportes de alta intensidad, con participación en competiciones (oficiales o no oficiales) y relación con clubes deportivos. También se busca aventura y riesgo. Hay una tendencia en centrar la atención en la actividad en la que más se destaca. Cobran también importancia los juegos de salón y de mesa.

Etapa adulta

Hay dos factores importantes que influyen en la actividad lúdica: creación de la familia y aumento del poder adquisitivo.

El juego se transforma en deporte, de tres formas diferentes:
  1. Pasiva: como espectador
  2. Activa puntual: esporádicamente, con amigos, compañeros…
  3. Activa permanente

La “tercera edad”

Hay un predominio de los juegos estáticos (de mesa o de salón) y de los juegos tradicionales y populares.


2. EL JUEGO ESPONTÁNEO

Los juegos de aparición espontánea, que no están propuestos ni guiados por un adulto, pueden surgir en cualquier edad.

Pensemos que toda la actividad del niño es en realidad, un juego; esta ocupación infantil es totalmente espontánea porque no tiene otra finalidad en sí misma. Y, sin embargo, aun siendo espontánea, prepara al niño para consolidar su desarrollo: balanceos y movimientos que posteriormente le ayudarán a caminar, vocalizaciones que preparan el lenguaje, garabatos que llegarán a ser escritura, etc.

Según Groos, sucede algo así como si los instintos aportados al nacer, tuvieran necesidad de un complemento de desarrollo para cumplir su papel en la vida y este complemento fuese el juego.

No se puede olvidar, al hablar del juego espontáneo, el juego creativo porque al explorar materiales diferentes, al construir algo por sí mismos, se estabiliza su mundo afectivo, se expresa sin tener que usar las palabras, plasman sus agresividades y frustraciones sin tener que acudir a violencias y sienten que contribuyen de alguna forma al mundo de los adultos.



3. EL JUEGO COMO DESARROLLO INTEGRAL DEL NIÑO


El juego es un instrumento para favorecer la madurez física, psíquica y un elemento clave en el desarrollo de la vida social.

  • Desarrollo físico
Va estrechamente ligado al juego. Las necesidades motoras son satisfechas mediante la actividad lúdica.
El movimiento favorece el conocimiento del esquema corporal, el desarrollo muscular, la coordinación y el equilibrio, las capacidades sensoriales, las destrezas manuales y la agilidad corporal.


  • Desarrollo mental
La actividad mental en el juego es constante. El juego implica imaginación y fantasía, creación y exploración. El juego favorece el desarrollo intelectual. El niño aprende a prestar atención y a concentrarse en lo que está haciendo, a recordar y memorizar.


  • Desarrollo afectivo y emocional.

El juego está cargado constantemente de afectividad y situaciones emocionales implícitas en esta actividad. Sirve para canalizar las pulsiones agresivas y para exteriorizar deseos.


  • Desarrollo social


El juego estimula la incorporación al grupo, la relación y la cooperación con los demás y el mutuo respeto. Influye en el aprendizaje de hábitos, comportamientos y actitudes sociales.